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Otitis en la infancia



Una otitis es la inflamación del oído.

Las otitis pueden ser debidas a muchas causas, aunque la más frecuente es la infecciosa, producidas por virus o bacterias. Además, puede afectar a cualquiera de las partes del oído. Según qué parte del oído se encuentre afectada distinguimos entre las otitis externas (desde el exterior hasta el tímpano) y las otitis medias (desde el tímpano hasta el oído interno).


Esta clasificación, además de diferenciar la zona que afecta, presenta diferencias en otros muchos aspectos: causas, síntomas, evolución y tratamiento.

 

En la infancia se presenta con mayor frecuencia la otitis media aguda (OMA).
Las otitis son muy frecuentes en los niños debido a varios motivos: Los niños tienen una trompa de Eustaquio corta que facilita que las secreciones de la nariz y garganta pasen al oído, por otro lado, los niños están en fase de adquirir inmunidad frente a la tremenda variedad de virus y bacterias de su alrededor, por lo que padecen con mucha más frecuencia catarros e infecciones de las vías aéreas que les inducen a las otitis. Por estos motivos es raro de que un niño menor de 5 años no haya tenido nunca, como mínimo, una otitis. Las otitis medias están muy relacionadas con los resfriados e infecciones e las vías respiratorias altas. Son, por tanto, más frecuentes en invierno y en niños que acuden a las guarderías. Además, se ha visto que los niños que viven en hogares en los que se fuma, padecen más otitis.

Afortunadamente las otitis tienen un pronóstico bueno, pues suelen curar en menos de una semana, y habitualmente no dejan secuelas. No obstante, cuando las otitis tarden más en curar o sean muy repetidas, se aconseja ser controlado.



El otro tipo de otitis (otitis externa) es la inflamación del conducto auditivo externo bien por bacterias u hongos. Son debidas a la humedad en el oído externo, y muy frecuentes en verano por el aumento de las actividades acuáticas. En este caso se produce una inflamación de la piel del conducto, con supuración, taponamiento y en ocasiones es muy dolorosa. El cuadro mejora habitualmente con uso de un tratamiento tópico en gotas, aunque en ocasiones, por tener un importante edema, las gotas no son suficientes.



Ante un dolor de oídos, se deberá acudir al pediatra u otorrinolaringólogo, que mediante un examen físico determinará la localización y por tanto el tipo de otitis y con ello establecerá el tratamiento adecuado para su hijo.

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