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Otros tipos de Vértigos
- Migraña
La migraña, síndrome o asociación de síntomas incluyendo: cefaleas, alteraciones visuales y síntomas neurológicos varios, suele producir en algunas ocasiones vértigo. La duración de la sensación de vértigo puede varias entre pocos minutos, hasta una hora. Su fisiopatología se desconoce, aunque se relaciona con mecanismos vasomotores (vasodilatadores y vasoconstrictores), y episodios de posibles isquemias transitorias.
La migraña es una enfermedad con predisposición genética que puede producir alteraciones vestibulares, vértigo, desequilibrio o cinetosis (mareos en medios de transporte).
Para tratar la migraña se utilizan fármacos, tanto para las crisis agudas como para la prevención. El tratamiento preventivo también se puede complementar con acciones del paciente, orientadas a reducir el estrés, mejorar la alimentación, combatir el insomnio, evitar ruidos o luces que acentúen la migraña, etc.
- Vértigo psicógeno
El vértigo o mareo psicógeno produce sensaciones muy variadas dependiendo del paciente: Inseguridad, incertidumbre, dificultad para concentrarse, sentirse raro, giros dentro de la propia cabeza, miedo a salir a la calle, a perder el control e incluso a morir. Estas sensaciones pueden ir acompañadas de palpitaciones, sudoración, cambio del ritmo de las respiraciones, temblores en partes del cuerpo, etc.
Las causas del vértigo psicógeno son principalmente el estrés emocional, la ansiedad y la depresión. Por este motivo, para el tratamiento de esta enfermedad se suele realizar el diagnóstico en conjunto, el otorrino con psicólogos o psiquiatras, para luego aplicar tratamientos fármacológicos o psicoterapias, dependiendo de cada caso y de las causas de la enfermedad.
- Vértigo postraumático
Esta enfermedad esta relacionada con las secuelas de traumatismos de cabeza y cuello, y a barotraumas (trauma del oído por acción de la presión ambiental, consecuencia de una mala compensación entre esta y la presión de la caja timpánica, a menudo debido a una variación brusca de la presión ambiental asociada a una mala función de la trompa de Eustaquio).
Las consecuencias, aunque no hay unanimidad al respecto entre los expertos, pueden ser: el mareo, el vértigo y el desquilibrio de origen post-traumático. Todos responden bien al tratamiento con rehabilitación en la mayoría de los casos.
- Vértigo origen cervical
Aunque no es exactamente una clínica vertiginosa, patologías que afecten a la musculatura y a la movilidad del cuello, como pueden ser contracturas o hernias, producen frecuentemente un tipo de mareo o inestabilidad contínuo, que en ocasiones puede tener crisis más agudas, e incluso náuseas y vómitos. En este caso, la clínica se debe por una mala utilización del sistema nervioso central de la información sensorial que aporta la musculatura periférica. En muchas ocasiones el diagnóstico lo hace el otorrinolaringólogo, y después será importante realizar tratamiento médico y/o fisioterápico para paliar los síntomas.
- Otras vestibulopatias
Otras causas del vértigo son las lesiones vestibulares laberínticas y/o del nervio vestibular (lesiones vestibulares o vestibulopatias periféricas), pueden acompañarse o no de alteraciones auditivas.
Los síntomas de estas lesiones son: vértigo, desequilibrio, con o sin síntomas auditivos asociados, sensaciones de inestabiliadad al andar, etc. Las causas pueden ser de origen infeccioso-inflamatorio inmediata (p.e., laberintitis), o tardía (p.e., hidrops endolinfático tardío); de origen vascular (p.e., síndrome de hiperviscosidad sanguinea); traumático (p.e.: fractura laberíntica); tóxico (p.e., ototoxicidad); congénito (p.e., fístula perilinfática) tumoral (p.e., neurinoma del acústico); etc. Dichas causas pueden afectar al laberinto y/o al nervio vestibular.
En cuanto al tratamiento de esta enfermedad, se centra principalmente en eliminar las alteraciones del equilibrio mediante tratamiento farmacológico sintomático y rehabilitación vestibular.
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